Si algo nos ha enseñado –y a
la vez recordado- esta pandemia es que somos vulnerables. Y el aprendizaje que
hemos podido obtener es que, realmente la vulnerabilidad es una fortaleza
porque nos ayuda a conectar con las personas.
Porque la realidad es que la
mayoría de veces tenemos pavor a que nos vean como realmente somos y por ello,
todos nosotros en mayor o menor medida, vamos con una armadura como coraza
creyendo así, que no seremos dañados por los demás.
Tendemos a creer muchas de
las veces que ocultar la vulnerabilidad nos hace fuertes, pero en la realidad
si lo pensamos detenidamente, solamente desde la fortaleza interior podemos
mostrarnos vulnerables.
Las personas que dejan
mostrar la vulnerabilidad son quienes son realmente, no quienes les han dicho
–de forma directa o indirecta- quién deberían ser. Y eso, es una fortaleza y un
acto muy valiente, ¿qué opinas?
Remitiéndome al principio
del post, pienso que una de las enseñanzas que nos ha querido recordar esta
pandemia, es que todos en mayor o menor medida somos vulnerables, y que no pasa
nada por ello, al contrario.
La vulnerabilidad nos
permite despojarnos de nuestros ropajes –muchas veces innecesarios- y, permite
que nos vean como somos de verdad, y eso conecta, además nos permite
desarrollar valores tan importantes como la empatía, la compasión, la
autenticidad, así como el sentido de pertenencia, tan importante y necesario
como personas sociales que somos y que vivimos en sociedad.
En realidad, a veces, es
todo mucho más sencillo y los humanos lo hacemos más difícil de lo que
realmente es, pero muchas veces, queremos ocultar nuestra vulnerabilidad
fingiendo ser perfectos, ajustándonos a una “norma” o “ideal” social para ser
aceptados, así como fingir constantemente que somos fuertes, querer hacerlo
todo bien, y un montón de autoexigencias que nos ponemos, cuando en realidad es
desde esa desnudez y autenticidad –tal y como nos muestran los niños- lo que
creará una conexión humana y especial con el otro.
Aceptar la vulnerabilidad,
en vez de buscar ser aceptados es una forma inteligente de vivir, y así nos lo
recuerda David Viscott, psiquiatra estadounidense: “aceptar nuestra
vulnerabilidad en lugar de tratar de ocultarla es la mejor manera de adaptarse
a la realidad”.
Y digo que es una forma
inteligente de vivir porque cuando dejamos que la vulnerabilidad actúe, tal y
como dije más arriba, sentimientos como la compasión, empatía, etc, en
definitiva, sentimientos fructíferos empiezan a florecer, que además de
conectar, no podemos olvidar que nos hacen sentirnos mejor con nosotros mismos.
Nos sentimos más ligeros cuando dejamos que nuestro auténtico “yo” fluya,
porque luchar por ser fuertes y porque no noten nuestras “debilidades” merma
nuestras energías y es agotador.
No quiero tampoco que esto
suene a una utopía, porque no podemos tampoco ir dando lo mejor de nosotros a
la primera de cambio ya que, eso sería contraproducente, pero sí que cuando
estás conociendo a una persona, en una comunidad con gente parecida a ti, en el
día a día y trato diario con personas que tienes un contacto en mayor o menor
medida, no intentar aparentar lo que no somos, muchas veces por miedo a ser
rechazados, y este miedo lleva implícito a no querer mostrar vulnerabilidad por
miedo a que nos hagan daño, cuando es al contrario, si fingimos ser muy
fuertes, fingimos ser quienes no somos para ser aceptados, fingimos ser
perfectos, etc, al final nos pueden hacer daño igualmente y saldremos
doblemente perjudicados, porque el mayor daño nos lo haremos a nosotros mismos.
Y esto, no sería una forma inteligente de vivir.
4 Comentarios
Pues justo me pillas leyendo a Brené Brown que escribe maravillosamente bien sobre este tema.
ResponderEliminarAbrazos.
Qué importante es recordarnos siempre que no pasa nada por mostrar cómo somos y nuestra vulnerabilidad.
ResponderEliminarGracias por recordárnoslo.
Un abrazo
Lo malo es ser vulnerable por el echo de ser diferente. Eres un blanco fácil para otros. Pero tienes mucha razón. Muy buen artículo
ResponderEliminarLa vulnerabilidad es una fuerza subestimada. Mostrarse auténtico y abierto en realidad demuestra valentía y fortaleza emocional, permitiendo conexiones más profundas y un crecimiento personal significativo.
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